Escorpio hoy a vos te escribo, aunque te resulte extraño. A vos, que para mí, sólo podes ser hombre. Engreído, soberbio, crítico, machista y testarudo. Te consideras el centro del universo, los demás sólo giramos a tu alrededor. En la amistad no te importa la cantidad, sólo la calidad. Con un carácter extremadamente potente sos capaz de herir al más inmune. Tan frío que un abrazo sería demasiado; Sos el chico malo que a todas les ha gustado.
Me irritas como nadie. Con vos no puedo discutir, no porque pierda, sino porque nunca salgo ganando. Conclusión: es en vano.
Debo admitir que sos muy inteligente, aunque no experto para enseñar.
Si estás acompañado, aquella debe ser una gran mujer. Porque para tu excelencia no cualquier zapato queda bien. Esplendida siempre la harás sentir. Qué la admiren, que te enviden.
Escorpio has sido mi ascendente más lejano, mi precedente, mi hermano, mi tío, mi primo y hasta mi mascota. Encima en la vida te encuentro en todos los rincones. Es inevitable tu influencia en mí.
Ahora comienzo el pequeño párrafo en el que voy a halagarte… Con la misma mano que das puñales, sanas heridas. Porque es cierto que cuando alguien te necesita ahí estás. Lo paras frente a un espejo y lo convences de que en el mundo no hay ser más perfecto (aunque aclaras que primero estás vos). Logras que se sienta egocéntrico, y eso a veces esta bueno. Sé que te cuesta demostrar sentimientos, pero creativamente siempre encuentras un modo. Y aunque te disfraces de ogro por dentro sos la misma bondad.
A pesar de que sos mi antítesis, en el fondo te aprecio, y por eso te dí este gran lugar. Valora que he dejado de lado mi orgullo, para escribirte por tu aniversario. Te deseo lo mejor (aunque no lo necesites).

Tu amigo te habla por varios minutos y te pregunta: ¿Vos qué opinas? ¿¡De qué!?, pensás…
Por tu cabeza fluyen pensamientos como… ¿Cerré la puerta?... ¡Por decimoctava vez perdí el celular! ... ¿Me puse ropa interior?... ¿Dónde estoy? ¿A quién estoy besando? Ah, es mi novio… ¿Dónde deje el auto?... Uh, otra vez estoy hablando sola… Si esto suena familiar, bienvenido al club de los distraídos.
¿Por qué escribo sobre esto? Porque tenía ganas de escribir sobre algo... Entonces decidí abordar sobre el tema en el que soy experta: la distracción.
No es fácil la vida de un distraído. El mundo intenta convencerlos de que tienen un defecto. Pero la gente común no entiende que ellos no están desconcentrados, sólo están concentrados en sus pensamientos. Y es allí en donde surgen las ideas. Por eso, no te aflijas por ser colgado.
Che, esto parece parte de un libro de autoayuda. Pero de verdad muchas ideas surgen volando, cuando estamos adentro de nuestra cabeza.
Si no me entendiste te lo hago rimar: “Distraído no dejes de volar. Allá arriba con ideas te podrás encontrar. Pero a tierra no olvides arribar. En el momento preciso para triunfar”.
¿En qué estaba? Disculpen me colgué.
Ahora bien, si no sos un distraído, pero sos amigo de uno, te doy un par de recomendaciones. Primero PACIENCIA. Si tu amigo se olvida de tu cumpleaños, del corte de tu relación amorosa, si te hace esperarlo por una hora y luego te dice que había olvidado la cita o cosas parecidas; no significa que no te quiera, es que a veces pierde la noción del tiempo. Otra cosa importante, si tu amigo tiene la mirada perdida, está totalmente prohibido que le grites, eso conllevaría algo fatal. Tu agudo grito ingresaría en el oído del distraído produciendo el aturdimiento de los pensamientos, que terminarán siendo olvidados por su creador. Te paso una más, si se olvida alguna cosa ¡por favor avísale!. No cometas la gran inmoralidad de escondérselo, para que cuando este descubra su ausencia se altere al no encontrarlo (sí, ya sé verlo en este estado es muy gracioso).
A pesar de que podría dar un curso completo respecto a la distracción, ya he ocupado demasiado espacio. Asique mejor me voy.